sábado, 29 de abril de 2023

Llorir

No, no es una palabra mal escrita. Es la combinación de dos infinitivos que la vida sabe conjugar muy bien: llorar y reír.

¿Nunca lloriste? Hoy me pasó mientras recordaba algunos momentos de mi vida. Llorí y agradecí por esas emociones que me transportaron a momentos, lugares, personas, recuerdos, canciones, aromas y sabores.

Reía y lloraba, lloraba y reía. Las emociones se pasearon dentro de mi corazón armando una revolución que en ningún momento intenté detener.

Cada lágrima y cada risa liberaron mi alma. Fue un tributo al pasado, una celebración del presente y una promesa al futuro.

Felicidad, tristeza, nostalgia, entusiasmo y gratitud, pero en ningún caso arrepentimiento. No cambiaría nada. Repasaría una y otra vez la historia de mi vida y la emoción al final siempre se coronará con el orgullo de haberme convertido en este Santi. Acordate que lo más importante es amar(TE) y elegir(TE).

Me siento en paz con mis elecciones y con este momento de mi existencia. ¿Que si me falta algo o alguien? Pues te mentiría si te dijese la verdad y, en algún punto, las mentiras siempre dicen la verdad.

Sigamos caminando y dejando huella por donde pasamos, con aciertos y desaciertos, porque entre solo existir y vivir, yo elijo VIVIR!

Vivir y a veces, como hoy, llorir.




lunes, 10 de abril de 2023

CityOfDreams

Definitivamente, hay lugares donde uno se queda y lugares que quedan en uno.

Aquí me tienen, escribiendo de nuevo y esta vez, a raíz de un viaje a Ciudad de México 🇲🇽.

Qué lindas sensaciones y emociones me regaló CDMX en esta ocasión. La ciudad que lo tiene todo, the City of Dreams. Tuve que ir hasta allí para reencontrarme, justo después de haberme perdido en Washington DC, en medio de tanto estrés físico, mental y emocional.

Llevaba días buscándome y allí me encontré, acostado en el pasto del Parque de Chapultepec, escribiendo el diario de mi destino, lejos del país donde nací y de aquel donde vivo, pero más cerca que nunca de mí.

En este viaje me reconecté con aquella paz y gratitud que llevaba tiempo sin experimentar. Me dejé acariciar por el sol, la brisa y la naturaleza. Saboreé el momento y disfruté de sentirme tan vivo.

CDMX me sacó a bailar, me llevó de paseo por sus centros históricos, me deleitó con su comida y me envolvió con su magia. Y no solo eso, me hizo soñar.

Esta ciudad me hechizó, me llenó de pasión y hasta de seducción, CDMX me propuso matrimonio, me regaló miradas, pero también me arrancó suspiros y me robó varios besos. Por un momento me hizo pensar en el futuro y en cómo me vería de nuevo en compañía de alguien.

No lo imaginé, lo viví. Esta vez, fue la realidad la que se convirtió en un sueño. Un sueño que me recordó que estaba vivo y que un simple roce puede volver a encender la chispa que está dormida.

CDMX, me susurraste cosas al oído aquella noche de domingo, me recordaste que los diamantes no se encuentran, sino que se descubren.

Y el problema no fue que me hayas propuesto tantas cosas, sino que yo, solo con mirarte, ya te dije que sí a todas.

¿Te vas conmigo o me quedo contigo? Mientras lo decidimos, me sobran motivos para regresar.






martes, 28 de marzo de 2023

El amor de alta frecuencia

Yo disfruto y celebro tu vuelo, aunque no vueles conmigo. Eso es amor. Yo aplaudo tus proyectos y tus sueños, aunque yo no esté incluid@ en ellos.

¡Qué manifestación más elevada y sublime del amor!, ¿no te parece? Pero mientras no entendamos que el amor nada tiene que ver con las exigencias, el apego y la necesidad emocional, difícilmente podamos experimentar un amor que esté vibrando en alta frecuencia.

Quien elige desde la necesidad, está condenad@ a recibir migajas y a conformarse con lo que llegue. Los celos obsesivos, el deseo de poseer a alguien a quien podamos moldear a nuestro antojo, las expectativas de que un tercero llene nuestros vacíos, de que una persona resuelva nuestros traumas de infancia y que, además, nos haga felices, son problemas con raíces sicológicas profundas que deben tratarse con una terapia.

Todo eso está directamente relacionado con aquello que es contrario al amor de alta frecuencia, por lo que, para experimentar este tipo de amor, primero es necesario que sanemos internamente, que revisemos nuestros esquemas mentales, nuestros pensamientos y emociones, ya que, al final del día, esa es la base de nuestra conducta, aquella que, precisamente, nos lleva a manifestar ese tipo de relaciones que nada tienen que ver con el amor.

Entonces, la pregunta que nos debemos hacer es qué conducta mía está generando esta consecuencia en particular. Se trabaja en la conducta y no en la consecuencia, si es que queremos generar un efecto distinto en nuestras vidas. Acordate que siempre tenemos la libertad y la opción de cambiar la forma en la que estamos viviendo y, por ende, lo que estamos atrayendo con nuestras conductas.

El amor de alta frecuencia es feliz con la mera felicidad del otro y no, no es una poesía, en realidad funciona así. Me alegra que estés bien, aunque yo no sea una variable de la ecuación de tu felicidad, y me alegra porque yo también puedo ser feliz sin vos.

No quiero que me quieras porque yo ya me quiero y solo se trata de que me elijas, libremente, para que hagamos sinergia y potenciemos lo que ambos ya tenemos. Podés irte cuando quieras, exactamente de la misma forma en la que llegaste a mi vida: espontáneamente y sin presiones. Y no por eso voy a odiarte ni lastimarte, justamente porque yo tengo ese mismo derecho y mi corazón puede ejercerlo cuando así lo desee.

Quiero para vos, genuinamente, lo mejor, consciente de que, a veces, lo mejor no es estar conmigo y tampoco que yo esté contigo. Por eso, no te ato ni me ato. Somos libres y en esa libertad nos elegimos (o dejamos de elegirnos).

Ojo, esto no significa que el amor de alta frecuencia no duela muchas veces. El dolor es parte de nuestra existencia, pero no tiene importancia en sí mismo, sino en lo que somos capaces de hacer con él, sobre todo, a través del amor de alta frecuencia.

Hoy, antes que nada, encargate de arreglar la casa, de organizar el desorden interno, de remover el polvo, de botar lo que ya no sirve y de redecorar el ambiente. Luego de eso, disfrutá vos primero de ese nuevo espacio, regalátelo y recién después, invitá a alguien especial a tu nuevo hogar. ¿Y el amor de alta frecuencia?, me vas a preguntar. No te preocupes, porque en un hogar así, él encontrará, sin duda, la manera entrar, aunque sea, por la ventana.



domingo, 26 de marzo de 2023

No olvides a tu ex

No, no lo leíste mal. Ese es el título de esta entrada. No te olvides de tu ex, más bien, aprendé a hacer que su recuerdo no te duela.

Cuando estés en alguna parte del mundo, en algún momento en particular y una música te recuerde a esa persona del pasado, no intentes negar ese recuerdo, dejá que tu mente lo procese porque no se trata de que quieras regresar con él o con ella, es solo eso: el recuerdo fugaz de una persona que hoy ya no forma parte de tu vida y que está emocionalmente muerta para vos.

Se ganaron el derecho a ser recordad@s (ell@s también te recuerdan, creeme) porque si bien hubo una poderosa razón para que terminaras tu historia con esas personas, acordate que también hubo un motivo por el cual l@s elegiste en un momento específico de tu vida. ¿Acabó con mucho dolor? Puede que sí, pero también acordate que empezó con amor. Ahora bien, independientemente de lo que diga la autopsia de tus amores pasados, alguna vez fueron un presente y eso les valió la posibilidad de convertirse hoy en un recuerdo.

Si después de que tu relación acabara te tomaste un tiempo sano para hacer un duelo, para abrazar tu dolor, para entender qué quería decirte ese enorme vacío que sentías en tu pecho, para vencer el miedo de estar en tu propia compañía, para armarte y para amarte desde ese espacio personal, para sanar tus emociones, para analizar tus lecciones aprendidas y, finalmente, para desarrollar una nueva y mejor versión de vos, entonces te aseguro que el recuerdo de tu ex no te va a doler. Y si duele, es probable que algún trabajo interno todavía quede por hacer.

La llegada de esa persona a tu vida en aquel momento tuvo su propósito. Algo tuvieron que aprender junt@s, solo que a veces se nos olvida que muchos aprendizajes tienen al dolor como maestro. Tu ex era el ingrediente que tu mezcla necesitaba en ese momento exacto de tu vida. Entender eso te ayuda a sanar, a liberar, pero nunca a olvidar, porque no se puede olvidar nuestra historia personal, ni las circunstancias que nos trajeron hasta aquí y gracias a las cuales hoy somos quienes somos.

No le tengas miedo a ese recuerdo porque simplemente ya no tiene poder sobre vos, ya no puede lastimarte, ya no puede doler. Es solo un recuerdo. Y de esos habrá varios, asociados a distintas personas porque, en mi opinión personal, no existe 1 solo gran amor, sino que hay varios amores e historias diferentes a lo largo de nuestras vidas.

Lo importante no es necesariamente olvidar, sino saber qué y cómo recordar y ese es un proceso interno que funciona diferente en cada persona.

De hoy en más, que la memoria de tu ex te recuerde que hay varios amores, pero que el primero y el más importante de ellos es el amor propio, aunque a veces tardemos mucho en encontrarlo.

Que el recuerdo te ayude a sanar y olvidar el dolor, pero sobre todo, a escoger mejor a quien te va a romper el corazón, pues acordate que la próxima persona que decidas dejar entrar a tu vida, se ganará el derecho a un recuerdo en el futuro.



lunes, 20 de marzo de 2023

Quiero

Si no sos una opción que el otro pueda elegir, entonces te convertís en una necesidad y eso está muy lejos de llamarse amor.

Por eso,

Quiero alguien que pueda y sepa vivir perfectamente sin tenerme, pero a quien le resulte más agradable estar conmigo que sin mí.

Quiero alguien que valore tanto su libertad que respete al máximo la mía, alguien que tenga la posibilidad de deleitarse con los mejores platos del menú, pero que decida quedarse con el sabor de Santi en la boca.

Quiero alguien que ame la vida, pero que elija disfrutar una parte de ella a mi lado, alguien que después de viajar por todo el mundo, tenga ganas de perderse en un paseo por la plaza del barrio conmigo.

Quiero alguien que no deba sacrificar nada para estar a mi lado y que, por ende, tampoco me exija a mí hacerlo, alguien que pudiendo no estar, decida voluntariamente quedarse, alguien que no espere que cumpla sus expectativas porque tampoco se esfuerza en encajar en las mías.

No quiero alguien que "me" quiera, sino que quiera estar conmigo, que se sienta cómodo con esa elección porque nuestras alegrias se multiplican en nuestra presencia. Quiero alguien que se ame y se respete de la misma manera en la que yo aprendí a hacerlo conmigo.

Quiero alguien independiente que se sienta atraído por mi capacidad de hacerme cargo de la vida que tengo, alguien que admire mi responsabilidad por asumir las consecuencias de mis decisiones y actos.

Quiero alguien que tenga su historia, pero que no cargue con fantasmas del pasado, que disfrute de conectarse con el presente que tiene conmigo, sin pensar en un futuro que exija el clásico final del "felices para siempre".

Quiero alguien que sepa que puede marcharse cuando quiera y que vaya siempre en busca de su felicidad, la misma que yo construiré estando o no a su lado.

Quiero alguien que entienda que en la vida no nos buscamos ni nos encontramos, sino que simplemente decidimos construir la versión de un nosotros que no debe poner en riesgo la identidad de cada uno.

No quiero ni necesito alguien que muera por mí, sino alguien que viva intensamente la vida, a su manera, conmigo.

Quiero alguien que quiera esta misma forma de querer, alguien con quien todo surja de manera espontánea, sin querer.

Quiero esto porque me quiero.



domingo, 19 de marzo de 2023

Escuchá lo que tu cuerpo quiere decirte

Hubo un momento en mi vida en el que sentía muchísima ansiedad cada vez que llegaba el domingo por la noche y sabía que al día siguiente tenía que empezar una nueva semana laboral. Dormía inquieto, me despertaba con una sensación de incomodidad, continuaba así gran parte del día y el alivio solo llegaba cuando iba de regreso a casa.

Ni hablar de los últimos días de cada vacación que me tomaba. Empezaba a sentir agitación y cierta tristeza al saber que debía regresar a trabajar. Por otro lado, hubo momentos en los que mi cuerpo estaba tenso cuando iba a un encuentro con determinadas personas, me sentía incómodo y extraño, con una sensación de no pertenencia. 

Asimismo, hubo relaciones de amigos, familiares y parejas, en las que dejé de ser feliz después de que hayan iniciado, me sentía intranquilo, con miedo, preocupado y agotado (física y emocionalmente).

Y así la lista podría seguir. Lo que quiero significar es que lo que tuvieron en común todos esos momentos, es que en ellos mi cuerpo intentó decirme a gritos que no quería estar en ese trabajo, ir a algunos ambientes o compartir con ciertas personas. Me decía que ese era exactamente el lugar, la persona o la relación en la que NO debía estar.

Pero yo seguí y obvié los mensajes de mi cuerpo. Pasé a "acostumbrarme" a esas señales sin prestarles atención. Y fue peor porque mis emociones empezaron a enfermarse y mi paz comenzó a quebrantarse.

Me tomó años escuchar, interpretar y respetar lo que mi cuerpo tenía para decirme. Él siempre tuvo claro dónde sí y dónde no, cuándo, cómo y con quién.

Por supuesto, no me estoy refiriendo a las reacciones naturales de nuestro cuerpo ante el cansancio, nuevos comienzos y situaciones especiales. Estoy hablando de cuando esas señales se convierten en patrones recurrentes, directamente vinculados a personas, momentos, lugares o circunstancias.

Por fortuna, hoy me conecto más fácilmente con el ritmo que tienen los latidos de mi corazón, con el sudor de mis manos, con mi forma de respirar, con el nivel de agitación o ansiedad que puedo experimentar, con la temperatura de mi cuerpo, con mis lágrimas y las expresiones involuntarias de mi rostro.

El cuerpo sabe y, desde su sabiduría y perfección, tiene mucho que decirnos. Dejalo hablar, prestale atención y analizá el origen de sus señales.

Así es que, a partir de ahora, revisá, por si acaso, la carpeta de spam o la papelera de reciclaje de tu casilla de correo electrónico biológico. Son lugares a los que pudiste haber enviado varios mensajes que, en realidad, tuvieron que ser clasificados como urgentes e importantes.

 


 

 

 

sábado, 18 de marzo de 2023

La otra cara

De dónde viene tanta fortaleza nos preguntamos cuando vemos a ciertas personas que, con la historia de sus vidas, nos provocan admiración y respeto.

Sin duda, te habrás cruzado, alguna vez, con estas personas, cuyas historias nos motivan y endulzan con un sabor a esperanza.

Estas personas han transformado sus más profundas tristezas en aprendizaje, en valentía, en energía, en ejemplo de lucha, en testimonio, pero para llegar hasta ahí primero tuvieron que conocer los peores precipicios, caminaron en una densa oscuridad, el dolor se apoderó de sus almas y de sus huesos, asfixió sus pulmones y destrozó sus corazones.

Esas personas conocieron el límite de sus límites en las condiciones más adversas, experimentaron pérdidas indescriptibles. La vida tatuó su piel de heridas y cicatrices.

Esa es la otra cara de sus actuales fortalezas, las mismas que se forjaron en el silencio de sus más oscuras debilidades. Esa es la parte que la mayoría desconoce. No saben que su brillo se gestó a partir de las sombras, que la cálida compañía que hoy brindan estas personas viene de los momentos en los que ellas más solas y abandonadas se sintieron.

Desconocen que la fe de esta gente se formó a partir de las crisis espirituales más grandes, que su dulzura proviene de los tragos más amargos que la vida les sirvió y que sus sonrisas más radiantes tienen lágrimas en su ADN. Poco se sabe del cimiento de dolor que hoy sostiene tanta fuente de inspiración.

Personas que se convirtieron en héroes y heroínas sin querer, sin pedirlo y sin saberlo. La vida las escogió, pero ellas eligieron qué hacer de y en qué transformar su dolor. Florecieron en una grieta de asfalto, sin nadie que las regara, esperando alguna gota del cielo. Se nutrieron de los días de sol y sus raíces se formaron a partir de las pocas, o casi nulas, nutrientes que les ofrecía un suelo árido.

Estas personas se volvieron resilientes sin siquiera ser conscientes. No habrán transformado la materia como parte de un proceso científico, pero sí la tristeza que corría incluso a través de sus arterias. Murieron en vida, pero resucitaron enseguida. Las eligió el dolor en muchas instancias, pero ellas decidieron qué hacer de sus circunstancias.

Crearon sin ser dioses y transformaron sin ser químicos. Estas personas simplemente decidieron seguir. Vieron posibilidades infinitas donde no había opciones. Nos mostraron, sin proponérselo, que la muerte tiene otro rostro que se llama vida.

Esas personas son MAGIA y ni ellas mismas lo saben. Son flores del asfalto que eligieron crear su propio jardín.

Dedicado a Patricia Fretes y Cynthia Llanes



Llorir

No, no es una palabra mal escrita. Es la combinación de dos infinitivos que la vida sabe conjugar muy bien: llorar y reír. ¿Nunca lloriste? ...